Una de las cosas que me llena de admiración cuando observo la provincia de Mendoza, el lugar donde vivo, es su transformación.
Ese lugar lleno de montañas, terreno pedregoso y sol ardiente, donde aparentemente la vida era imposible. Donde habitaban tribus Huarpes e Incas.
Hoy, el desierto se convirtió en oasis gracias a la labor de su gente, el cuidado de los recursos naturales, el amor al agua. Importante en ésto fue la toma de conciencia, saber que el líquido sagrado es escaso, es para todos... y hay que cuidarlo.
La uva es su fuente de sustento y su vino enorgullece en el mundo-
Pensando, en ella, .regalo de Dios, pensando en mi tierra querida, salió ésta poesía:
CUANDO LA TIERRA
Cuando la tierra sagrada abraza las raíces
esparcidas sutilmente por la fuerza de su hacedor.
Cuando abriga la existencia testigo de la determinación
silenciosa
de una semilla en busca de la vida.
Cuando atestigua le empeño de la mágica lluvia
con nubes cargadas que transforman los cactus en
prósperos parrales.
El milagro es posible en el terco desierto, la reseca
montaña y el gris sendero.
Y el suelo tallado por lo inhóspito, luce ahora, su atavío
de colores.
Patricia Palleres
Gracias por compartir con todos ese amor a la tierra. No es de uso frecuente, suele ser socialmente más correcto alabar lo extraño (por extraño que parezca).
ResponderEliminarhola Patricia, el amor a lo propio y a la naturaleza es lo más grande. Es una imágen espectacular! un abrazo desde Berlin^^
ResponderEliminar