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noviembre 09, 2022

Potrillo

Aquella visión del caballo radiante como un amanecer de Septiembre, negro como la noche oscura del centro del invierno e imponente cual rayo de tormenta caído entre la zarza; parado en sus dos patas como seduciendo vapores del verano; relinchando en libertad en aquel diáfano día de enero al sur de la hermosa América, no se me olvidará jamás. 
Bellamente discordante eran sus ínfulas frente a los acordes que emitía el violín en manos de Cesar joven  cuidador. Con su música reflejaba caricias alegres o risas de niños jugando entre los lirios, dando colores y perfumando más que estas flores. 
Mientras el caballo intentaba bajar nubes de una sola estridencia desde sus fauces, él sin embargo con su música pintaba cielos en la tierra, hacia brotar hierbas venciendo así la áspera resequedad de ese segmento de pampa por aquellas épocas. Mística que sólo era posible en afinidad de sentimientos entre el caballo y el muchacho. 
Su nombre, simplemente Potrillo. Fuerte, feroz y de musculatura capaz de recorrer vastos kilómetros sin perder vitalidad. 
Potrillo, Cesar y el calor del verano en amistad indestructible lograda en años transcurridos, viviendo intensos idilios. Aquella visión holística fue interrumpida por la imperativa voz del progenitor del joven: 
- Cesar, trae ese caballo, hay que limpiarlo y prepararlo... mañana será vendido. 
La orden no pudo impedir que sus lágrimas juveniles cayeran derrumbadas sobre álgido suelo y en él, se clavaran como flechas profundas. Nada más que hacer. Su amigo sería vendido. El joven custodio guardó el violín, tomó de las riendas al caballo y mientras lo llevaba no podía dejar de recordar los tiempos de carreras cuadreras y luego de estructurados hipódromos. En sus pensamientos estaba todo lo vivido con su querido Potrillo. Las conquistas en competencias importantes. 
Recordó una especialmente en la Provincia de San Juan cuyo adversario había adquirido gran fama por sus reiterados premios. Aquel era un bayo de nombre Bermejo, de hermosa estampa y gran potencia. El joven criado había entrenado intensamente a Potrillo y en las pruebas su tiempo era excelente, por lo cual tenía la certeza de que su compañero no le fallaría y así fue que regresaron con la algarabía de haberse ganado los laureles. El esmerado muchacho cepillaba el hermoso pelaje del animal, mientras las imágenes del pasado surcaban su mente y le hacían comprender que Potrillo ya era una estrella ¡cuánta satisfacción le había dado! El sólo nombrarlo ya daba impresión, transformándose así en un caballo muy apreciado. 
Recordaba como el caballo nacido en el pujante y humilde pueblo de Lavalle, coleccionaba galardones en distintas provincias, tornándose muy cotizado y de renombre internacional. 
Tal fue la popularidad, que desde Chile llegó una interesante propuesta para comprar a Potrillo. 
 La unión existente entre ambos era tan fuerte que aquella partida sería insoportable. Es que la vida la habían cabalgado juntos y disfrutado horas de quietud bajo los álamos. 
De ser así sus días carecerían de sentido, porque él amanecía pensando en Potrillo y no se dormía hasta dejarle todo en orden para que él descansara también. Al otro día, llegó la triste hora y en resignación, no sin dolor, Cesar se consolaba diciendo: 
- Si es por el bien de Potrillo y allí va a estar mejor, ¡pues que parta! 
 Así trató de digerir terrible acontecimiento en el que su compañero de tantas carreras ganadas tomaría el camino al vecino país, donde haría lo que con naturalidad sabía hacer: correr, correr, correr… 
Muy temprano, cuando el alba tornábase rosada y el gallo regalaba su canto primigenio, llegaron con rugientes vehículos especiales para transportar caballos. Cesar, los oyó desde la ventana de la pieza. Se paró de un salto y aun descalzo ya estaba bajo la ramada. Los desconocidos, tiraban de las riendas infructuosamente, el caballo no quería dar ni un solo paso. El muchacho se fue arrimando de a poco, e intentó él mismo hacer lo propio pero, Potrillo se resistencia haciendo la cabeza para atrás en evidente signo de negativa tenacidad. Fue entonces que Cesar sobó el lomo del animal expresando casi en susurros: 
- Amigo, vete tranquilo….todo estará bien…… 
 El muchacho sabía que con su sola voz influía en Potrillo y daba tranquilidad. Sólo así lograron hacerlo subir. Los extranjeros al ver la gran comunicación entre ambos, propusieron a Cesar viajar también para seguir siendo su cuidador. Invitación que no pudo aceptar ya que tenía a otros animales bajo sus cuidados aunque su corazón estuviera con él. Con el animal cargado, se aseguraron bien las puertas, hicieron los arreglos económicos pactados, luego del apretón de manos entre ambos contratantes en cortesía y satisfacción por el acuerdo logrado, se alistaron para la partida al aeropuerto desde donde volarían hacia Chile. 
 En un instante, la antigua calle de tierra por la que Cesar, tantas veces se había enorgullecido ante el elegante trote de Potrillo, hoy lo veía retirarse dejando tras de sí rugido y polvareda. 
Tan solo dos horas habían pasado desde su partida. Sin respuestas a los “por qué” pero, en conformismo Cesar se encontraba bajo los olivos al fondo de la finca. Atrapado en hondos pensamientos. Con su violín a un costado como si dicho instrumento se convirtiera en amuleto contra la pena que había tomado su corazón. Las sombras de las ramas eran percibidas como trozos de abismos que caían premonitorios sobre él. De pronto una profunda puntada en el pecho lo dejó casi desmayado y una rotunda certeza lo invadió al mismo tiempo que se encontró gritando: 
- Potrilooooooo!!!!!!!!!!!! Noooooooooo!!!! 
Una extraña clarividencia. Reiteradamente se cruzaba por su mente una fatal imagen de Potrillo tirado, ensangrentado, desparramadas sus partes y su alma ausente, muerto... Desesperado, imploró: 
- Diooooooooossssssssss!!! Por favor, nooooooooo!!!!!!!!! 
Señales de la gran fatalidad. En todos los medios se habló del inusitado accidente donde un avión había comenzado a tener desperfectos técnicos en pleno vuelo precipitándose sobre las cordilleras de Los Andes siendo las pérdidas totales entre ellas Potrillo el caballo de carrera. 
Ese día el violín del joven sonaba en extremo entristecido… ¿Nunca más resonará vivaz y alegre? ¿Quién podría saberlo? Lo cierto es que en nostalgia por las noches Cesar mira las estrellas fijamente, porque entre ellas se dibuja el espíritu de Potrillo relinchando como atrapando nubes en una sola estridencia.
 Fin
(De mis "Relatos para leer bajo los álamos")
 ©Patriciapalleres 
 
 
 (Queda prohibido extraer textos de este blog ya que tienen  "Derechos de Autor" )

17 comentarios:

  1. Que relato tan triste, me ha dado mucha pena ese final que no lo esperaba.Besicos

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  2. Grato volver a leerte, con este estupendo cuento. cargado de urdimbre poética y que desvela la gran amistad que generan los animales, en esta ocasión el caballo, tan noble, capaz de crear una relación tan férrea, como la de César y su potrillo. Por eso, no extraña que los caballos hayan sido puestos a disposición de los niños con limitaciones, para aplicarles la equinoterapia que, mejora sus capacidades para relacionarse. Un abrazo.
    Carlos

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    1. Hola Carlos. Si suele ser grande el sentimiento que los animales expresan.

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  3. Es un relato con mucha sensibilidad, felicidades.
    Un saludo.

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  4. Patricia impresionante tu relato. La amistad de Potrillo y César es Providencial, como lo fue su intuición al vislumbrar su muerte. Hermoso y triste relato, que llega al alma.
    Mi felicitación y mi abrazo entrañable por tus buenas letras, Patricia.

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    1. Querida Ma Jesús, tus comentarios me llenan de entusiasmo. Gracias

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  5. Querida Patricia, siempre trato de acompañar a mis colegas. Me encanta leer tus escritos, sos una excelente escritora y como mujer, un ser de luz llena de valores. Muy buenos los textos que leí en el Blog, te felicito. Un abrazo.

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    1. Graciela Vespa eres una representante de las letras mendocinas de gran valía, tu comentario tiene gran importancia para mí. Gracias amiga.

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  6. Hola, tu relato es tremendo. Tan bien relatado que mueve todas las fibras de los que sentimos un gran amor por los animales, y sobre todo por aquellos tan esclavos del ser humano, aunque por suerte hay quien los respeta y cuida, como el muchacho protagonista.
    Ha sido un gusto pasar por aquí.
    Saludos.

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    1. Hola, que alegría que te haya gustado. Gracias por tu visita. Abrazo.

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  7. Buenos días Patricia. Felicitaciones por tu relato. Contundente, atrapa te y conmovedor. ¿Es una creación de la imaginación o está basado en un hecho real?

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    1. Hola quisiera saber tu nombre. Te contesto que es basado en un hecho real con toques ficcionados.abrazo

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  8. ¡Qué hermoso cuento! Te felicito. Lleno de ternura.

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Gracias amigos por dejar aquí una de las cosas más sagradas que tenemos: las palabras
Las valoro con el alma.
Un gran abrazo, Pat