Arriba estaba la aparición de
la luna, como una gema inmensa o fosa de luz descomunal, inexplicable.
Las nubes intentaban
deslucirlas realizando movimientos sutiles sobre ella.
Abajo, el silencio en mundo de
muros antiguos, ancestrales…
Altos muros que quietos vieron
el paso de los frágiles seres, niños enfrentados al horror.
Corazones de amor… hechos rocas
por el insensible destino.
Patricia Palleres
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Gracias amigos por dejar aquí una de las cosas más sagradas que tenemos: las palabras
Las valoro con el alma.
Un gran abrazo, Pat