Queridos lectores:
Este relato es la "continuación "
del posteado en octubre 2024
tal como ustedes me pedían.
La lluvia que, por largos días había sido persistente, comenzaba a ceder. El recinto donde aún humeaban las tazas con café era el único sabedor de lo que realmente ocurrió esa noche.
Después de la
inusitada pelea cuerpo a cuerpo con Andrew, y a los segundos posteriores de
presionar el gatillo y detonar el arma, le siguió el silencio de un cuerpo que
yacía sin vida.
Jame, al ver la
magnitud de lo que había provocado, se anonadó al extremo de quedar sin
reacción, y luego, con el miedo indescriptible que solo sienten quienes han
cometido delito semejante, buscó huir del lugar. Ya no le importaba el valioso
cofre si ahora no había a quien extorsionar. Su ambición desmedida lo llevó a
invalidar el noble sentimiento de la amistad y a matar sin escrúpulos.
Estaba aterrado.
Sentía que la casa lo miraba y era testigo de la falta que solo él cometió, que
cada pared lo juzgaba. No tardaron en llegar las alucinaciones: veía personas
que lo señalaban, oía voces que le gritaban “ahí está el asesino de Andrew”,
“criminal”, “te mataremos” y toda clase de insultos que lo atormentaban.
En un ataque de desesperación y convencido
de que acabarían con él, huyó por la ventana trasera de su propia casa,
pensando que al salir terminaría su problema.
Sin embargo, por
muchos y muchos años, anduvo penando a escondidas, porque de lo que no podía
huir era de su conciencia.
Se convirtió en
un habitante de los tugurios más oscuros. Personajes con aversión a las
personas a causa de hechos tan aberrantes como el de él, eran ahora sus amigos
con los que mendigaba. Jame se transformó en un viviente sin vida que vagaba
por ahí…
Tiempo después,
James escuchó mientras buscaba qué comer en los desechos que tiraban tabernas y
bares, que alguien hablaba acerca del científico Andrew Smith y su gran
descubrimiento: la medicina para una
enfermedad incurable. Supo entonces que el proyecto en el que había
trabajado años, y en el que había puesto mucho más ahínco después del atentado
que le costó la incapacidad en una de sus piernas, le permitió no solo ser
famoso y millonario por sus aportes a la salud mundial, sino también un enorme
ejemplo de vida. James se admiró de lo que escuchaba, ya que sabía que él lo
había matado y que debido a eso vagaba en las profundidades de los abismos.
Medio escondido
tras unas vitrinas siguió escuchando. Aquel hombre contaba que en todas las
entrevistas realizadas por el periodismo a Andrew Smith, él expresaba que nunca
hubiera esperado que su amigo Jame lo quisiera asesinar para robarle los
documentos en los que trabajaba… Pero más angustió su corazón cuando lo vio
suicidarse tirándose por la ventana sin poder hacer nada.
Basada
en la pintura: Huyendo de la Crítica de Pere Borrell
© Patricia Palleres
(Todos los textos de éste blog son privados y tienen Derecho de Autor.)
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Gracias amigos por dejar aquí una de las cosas más sagradas que tenemos: las palabras
Las valoro con el alma.
Un gran abrazo, Pat