"Mujer Dormida" de la pintora polaca Tamara de Lempicka (1898-1980)
Ser mujer:
una constante de Odiseas renovadas
que aparecen y se esconden
entre rouges, ligas y depilaciones.
Ser mujer:
una mirada tierna que implora comprensión,
que inscribe interrogantes: ¿Por qué siempre
el dolor precede al amor?
Ser mujer:
unos discos, unas fotos,
estampas de santos dentro de algún libro
marcando lecturas olvidadas.
Nubes de papeles y sueños.
Ser mujer:
un rosado vislumbra en la noche
desde una mesa de tul, donde un pomposo gato
sigiloso se esconde bajo la cama,
que desparramada y perfumada, toca su lomo.
Ser mujer:
un bello regalo de reluciente rostro,
piernas tersas y blancas como suspiros
de ángeles que desfilan.
Pilares que resistirán el peso de la vida
desde su vientre.
Ser mujer:
un manto largo o corto su cabello.
De cualquier color y aun artificial,
siempre se verá exótica por naturaleza.
Ser mujer:
unas manos cálidas hechas para regalar
y dar expresiones de afecto a raudales.
De sus labios poesías que brotan
como las flores en el jardín del alma.
Ser mujer:
un compendio de amor y fortaleza.
© Patriciapalleres
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Gracias amigos por dejar aquí una de las cosas más sagradas que tenemos: las palabras
Las valoro con el alma.
Un gran abrazo, Pat